miércoles, 23 de enero de 2008

Desaparecida VS Engañada



Ayer hice el canelo de la manera más tooooooonta que se puede hacer. Resulta que, a las 11:45 de la noche estaba programado un capítulo especial de “Desaparecida” en el que mi querido Inspector Sierra aparecía, 5 años después del caso del asesinato de Patricia Marcos, reposado en una silla de ruedas que parecía dominar muy bien.

Ante tal exposición audiovisual en mi cabeza trataba de entender cómo semejante profesional de la Guardia Civil había podido acabar en esa situación después de la segunda temporada (todavía no vista). Los signos de interrogación inundaban mi cabeza y , pese al sueño, el ansia intrínseca que llevo dentro me llevó a quedarme hasta el final para saber de la minusvalía de mi superhéroe televisivo.

El capítulo era una copia de la clase magistral del capítulo premiado del doctor House y claro, para familiarizarlo más sus guionistas hicieron algo así como “entre cojos anda el juego” si lo miramos desde el punto de vista de las similitudes. Pero, aparte de este formato, la verdad es que no había nada novedoso. Simplemente era un resumen de la primera temporada con un nuevo elemento añadido para que horteras gilipollas como yo nos quedáramos a hacer caja para televisión española hasta las 2 de la mañana y con el ojillo medio cerrado.

Y por fin llegó el final, la cúspide, el clímax, por fin iba a salir de la duda. De las palabras del inspector Sierra salieron las palabras mágicas “La clase ha terminado” y, acto seguido, el muy cabr… se levanta de la silla añadiedo tales palabras "no se dejen engañar por situaciones que no son lo que parecen" que a mí lo que me parece es que se está quedando conmigo. Tanto a sus alumnos ficticios como a mí se nos quedó cara de “es imposible que el Madrid baje a segunda” pese a las diferencias, claro está, yo soy real y, por lo visto, fácilmente engañable.

Una hora de sueño menos y un espectador más, enhorabuena a los guionistas (cabrones). Tanto que aprender…

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